El verano siempre es una época de salirse de la rutina, de vacaciones en el colegio/guardería, viajes, descontrol, horarios distintos... Hay familias que intentan mantener sus rutinas todo lo posible, porque así se sienten más cómodas y felices. En nuestro caso, nunca hemos sido muy estrictos con las rutinas, así que en general, nos parece que ese descontrol es normal y que forma parte de la esencia de las vacaciones. Además, en nuestro caso, a ese descontrol normal se le une el descontrol de vivir 8 semanas en casa de los abuelos, con sus costumbres y horarios particulares, que pueden parecerse o no a los nuestros. Esta convivencia lleva acarreadas unas normas de comportamiento y respeto no escritas que ahora incluyen al renacuajo también. Ya los padres y madres no somos los únicos responsables de nuestros hijos y los únicos educadores, al tener contacto con sus abuelos, tíos...y vivir en su casa durante una temporada, creo que tienen derecho a influir en la educación y crianza de los hijos. El problema viene cuando existe disparidad de criterios entre padres y abuelos. En nuestro caso, como solo vemos a los abuelos tres o cuatro veces al año, intentamos respetar sus ideas, incluso cuando no las compartimos. Sin embargo, hay veces en que lo que unos padres piensan que es conveniente para sus hijos y lo que piensan los abuelos difiere mucho y ahí vienen los problemas.
Muchos niños se "malcrían" en verano. Los abuelos les consienten cosas que sus padres no y los padres o no se enteran o no se enfrentan a los abuelos en ese tema. Otras familias consideran que la autoridad siempre debe venir de los padres y que los abuelos deben acatar en todo momento las decisiones de los padres y que se deben respetar los horarios y costumbres del resto del año. Nosotros somos de la opinión de que todo tiene un punto medio. El verano no es época para criar ni para malcriar. Las vacaciones son eso, vacaciones, momentos en los que se distienden las obligaciones y se permiten algunos caprichos. Si además, vives en casa ajena, creo que no puedes exigir vivir bajo tus normas, ni siquiera en lo que respecta a tus hijos, tu familia y tú sois invitados en una casa y debéis aceptar ciertas normas. Si no te gusta, vete a un hotel y haz lo que quieras durante tus vacaciones, mientras no afecte a nadie más que a tu familia.
A nosotros nos encanta acostarnos tarde una noche jugando a las cartas, comer un día a las 4 y media porque en la playa se estaba de lujo y juntarnos 30 para una barbacoa sin que celebremos nada en particular. Pues creo que a nuestro hijo no le podemos pedir otra cosa. Supongo que por la salud mental de toda la familia, intentaremos tener una cierta rutina de comida y sueño, pero con flexibilidad para romper esa rutina, para hacer que las vacaciones no sean una prolongación del resto del año pero sin tirar por la borda toda la tarea de crianza que hacemos día a día. Es decir, una pausa en la rutina, un poquito de criar y un poquito de malcriar, sin llegar a extremos.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Cómo se plantea vuestro veraneo? ¿Tienen los abuelos derecho a "malcriar" a los nietos? ¿Os molesta que os quiten autoridad o que desmonten rutinas que lleváis tiempo instaurando? ¿Les dejáis que eduquen a vuestros hijos o eso es tarea vuestra? ¿Sois de seguir rutinas o de romperlas? Espero vuestras opiniones!