lunes, 29 de diciembre de 2014

Crisis maternal

Acabamos de pasar nuestra segunda - itis, esta vez ha tocado gastroenteritis. Todo empezó el día en que salimos de viaje navideño para ver a la familia. Durante el viaje, el renacuajo tuvo diarrea. Como justo ese día le había salido su segundo diente, no le dimos más importancia a la cosa. Siguió incómodo y llorón otros dos días y de repente, otro diente! Dos dientes en tres días! Normal que estuviera incómodo el pobre. Pero la diarrea no mejoraba, y le siguieron vómitos, así que en plena nochebuena, nos tuvimos que ir a urgencias con la pandereta y el turrón a que nos dijeran lo que ya sospechábamos, el renacuajo tenía gastroenteritis. Le mandaron suero y dieta astringente y pese a que le costó mejorar, fue mejorando, físicamente, eso sí, porque la mejoría fue solo física. Mi hijo se ha pasado los días llorando, con una mamitis tremendamente insana. Lloraba si lo dejaba un segundo, no quería estar con nadie, de mal humor, apenas sonreía y de noche, se despertaba gritando y podía pasarse 2 o 3 horas a voz en grito, era imposible calmarlo. Y claro, nosotros por la mañana no éramos personas, estábamos reventados. Y además, psicológicamente me mataba ver a un hijo que no reconocía, la gente me decía :son fases, no te preocupes, pero yo me niego en rotundo a pensar que mi hijo ahora es así. Y hemos entrado en crisis, crisis por ver que nuestra única ilusión era ir pasando los días lo mejor que podíamos y echando de menos nuestros tiempos sin niño, con lo duro que suena eso. Crisis por no poder tirar del día después de haber dormido 3 horas cada noche durante más de una semana. Crisis por ver que la familia que vive a 600 km del renacuajo veían a un niño llorón que no quería ni verlos y estaba siempre de mal humor.
Y bueno, todavía no puedo cantar victoria, bien del todo no está, aún no hemos pasado una noche medianamente decente, pero se empiezan a ver ciertos atisbos de ese niño de mi alma, de ese pillín sonriente que solo quiere andurrear, del comilón que se queda tranquilo en la trona jugando con algo mientras comemos, del niño sociable que enamora a todos. Y su madre ha olvidado toda la crisis y vuelve a estar loca por su renacuajo y fuerte para afrontar lo que venga :)

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Mi trabajo: un arma de doble filo

Para muchos, mi trabajo sonará como un chollo y para otros, no lo querrían ni regalado, todo es cuestión de gustos y de perspectiva.
Soy autónoma y trabajo desde casa, por internet. Eso me proporciona muchas ventajas y muchos inconvenientes en mi vida en general y en particular, en mi crianza de un bebé de 9 meses.
VENTAJAS:

  • Trabajo de lo mío y me encanta. Es lo que estudié, para lo que valgo y me hace sentirme realizada como profesional, que no es poco.
  • Es un trabajo muy flexible, sin horarios fijos. Esto se traduce en que me amoldo a los horarios de Mr. Sapo muchísimo mejor y que el niño tiene más libertad para despertarse cuando quiera, por ejemplo, porque no tengo que estar a una hora determinada en ningún sitio.
  • Yo escojo qué trabajos quiero hacer y cuáles no. Nadie me obliga a coger ningún proyecto y si me viene muy mal, si no me encajan los días, si Mr. Sapo tiene una semana horrorosa y no puede quedarse con el niño, no cojo trabajo. 
  • Puedo trabajar desde cualquier sitio, lo cual es tremendamente cómodo en ciertas fechas, por ejemplo, y puedo irme largas temporadas a mi tierra con la familia, por ejemplo (no aguanto sin ver el mar todo el verano ni loca, no estoy hecha yo para vivir en el interior!!)
  • Me puedo coger vacaciones cuando quiera (y por supuesto, sean días de fiesta o no)
  • Puedo viajar, porque no estoy atada a ningún sitio. De hecho, pasamos por varios países antes de establecernos aquí porque Mr. Sapo fue encontrando trabajo en distintos sitios y yo me iba mudando con él.
  • Puedo trabajar en pijama, en esmoquin o en tubo y aletas si me apetece, nada de tacones, ni bien peinadita y perfumada a las 7 de la mañana.
  • Nunca estoy más de un par de horas sin ver a mi niño, no me da tiempo a echarlo de menos y él tiene la sensación de que estoy ahí para él si me necesita (y esto también es genial para la lactancia).
  • (Antes a esto le habría añadido: no tengo horario, si un día tengo sueño y quiero levantarme a las 11, pues lo hago. Ahora, obviamente, a las 11 no me levanto jamás! Qué más querría yo!!! jejejeje!
Después de esto, sé que muchas de vosotras estaréis envidiándome muchísimo y pensando....¿dónde está el arma de doble filo en esto? Si es un chollo!!! Pues no, no es tan chollo. Tiene también muchas cosas negativas.
INCONVENIENTES:
  • Vivir y trabajar en el mismo sitio hace imposible que desconectes del trabajo y el mito de "claro, como tú trabajas en casa, seguro que te puedes encargar del bebé" seguro que lo dijo alguien que no tenía un bebé de 9 meses gateando, llorando, cayéndose y reclamando tu atención 24 horas al día. Es decir, tu concentración cuando estás al cuidado del niño es obviamente nula, pero cuando es tu pareja el que está en la habitación de al lado con el renacuajo, tampoco mejora mucho. He probado hasta a ponerme tapones en los oídos, pero al final termino levantándome si lo oigo llorar mucho, o me paro a pensar si Mr. Sapo le habrá dado ya la fruta, porque había medio plátano en la nevera, mejor me levanto y se lo digo, no se vaya a poner pocho...
  • Mi estabilidad económica es nula. Sí, puedo escoger mis proyectos, pero si no trabajo, no cobro, y nunca sé cuánto trabajo voy a poder coger el mes siguiente, con lo que no sé si voy a cobrar algo o no. Eso para la gestión familiar es complicado y para mi estabilidad mental también, pero bueno, llevo años así, así que me he acostumbrado, pero es muy inestable. Hay meses que vivo pegada al ordenador y me saco un buen sueldo y otros que tengo que tirar de ahorros para pagar la cuota de autónomos y los impuestos.
  • Si rechazo un proyecto de un cliente habitual, este cliente tiene que buscarse a otra persona que le haga ese proyecto, con lo que me arriesgo a perder el cliente si la nueva persona no lo hace demasiado mal. Por eso, hay muchas veces que no puedo decir que no cuando me ofrecen un encargo, aunque no me venga bien, porque sé que no está la cosa como para echar cohetes e ir perdiendo clientes todos los días.
  • La flexibilidad en mi trabajo se traduce, además de en todas las cosas maravillosas que he puesto arriba, en que al final pringo muuuuchos fines de semana y días de fiesta, porque claro, a diario mi marido trabaja fuera de casa, con lo que a veces tengo que estar yo con el niño y claro, cuándo queda tiempo para lo mío? Pues el fin de semana, en vacaciones... Además, siempre hay algún cliente apañado que te pide un "favor de última hora" de viernes tarde a lunes mañana o de 23 de diciembre a 26...
  • Por supuesto, esto también afecta al horario de trabajo. A diario intento sacar 7 u 8 horas, pero cuando tengo proyectos grandes con mucha urgencia, puedo pasarme 12 o 14 horas fácil, con lo conciliable que es eso con la vida familiar...:S
  • Si un día estoy enferma pero ya he cogido un proyecto con un plazo determinado, pues me fastidio y punto, si puedo distribuir ese trabajo en los días que me quedan, bien, pero si no, hay que hacerlo y punto, no hay otra. Lo mismo pasa ahora cuando el renacuajo se pone malo, nadie me da el día libre ni me retrasa la entrega del encargo ni nada por el estilo.
  • Mi baja de maternidad fue ridícula. Me daban 600 euros al mes y solo me cogí 2 de los 4 que podía, porque claro, mis clientes empezaban a buscarse otra persona y yo no me quería quedar sin trabajo. 
Ante este panorama, a veces me planteo cómo conciliar la vida laboral y la familiar, pero eso lo dejaré para otro post, que este ya me ha quedado muy largo!

jueves, 4 de diciembre de 2014

9 meses

¡Cómo pasa el tiempo! Hoy cumple 9 meses mi renacuajo, que más que un renacuajo va pareciendo poco a poco una pequeña ranita ;)

Estos 9 meses han sido geniales, con sus idas y venidas, pero sin duda alguna, los más felices de mi vida. Hay veces que no me creo que esto me esté pasando a mí, que ese pequeño gamboncito que vimos por primera vez en la pantalla del ecógrafo sea ya un chavalote de 9 meses! Y ya ha pasado más tiempo fuera de mí que dentro, increíble también, el tiempo vuela!
Os cuento abajo los progresos de mi niño a sus 9 meses recién cumplidos:

  • COMIDA: El ritmo de comidas sigue siendo bastante similar, sigue con lactancia materna y come verduras, cereales, carne y fruta. Esta última semana le hemos empezado a meter la yema de huevo y la ha tolerado muy bien, así que pasaremos a la clara. También le he dado (así de estrangis) un poco de jamón serrano y le gusta mucho también (y a quién no?!!). El pan le fascina y los gusanitos, ni os cuento! No me gusta abusar de ellos, pero a veces me vienen muy bien para tenerlo un ratito tranquilo (y algo de alimento tendrán, digo yo!)
  • SUEÑO: Respecto al sueño, tampoco ha habido cambios muy significativos. Pusimos en marcha una técnica que me recomendó Belly que consiste en dar la cena al bebé, dejarlo que juegue un ratito para que no asocie dormir con comer, tranquilizar al bebé en brazos y dejarlo en la cuna cuando aún está medio dormido/medio despierto y cogerlo tantas veces como sea necesario hasta que se quede tranquilo en la cuna y se duerma. Lo malo es que justo cuando empezamos fue cuando cogió la bronquiolitis, así que el éxito de la técnica no está siendo muy significativo. En resumen, los días fabulosísimos se despierta 2 veces y los malos, ni las cuento. Eso sí, estoy notando que empieza a madrugar más, cosa que no me gusta nada :(
  • ACTIVIDAD FÍSICA: Los progresos en este tema no paran, cada día hace una cosa nueva y yo me echo a temblar, porque cada vez me cuesta más controlarlo! Ya gatea perfectamente y a una velocidad asombrosa, incluso esquivando obstáculos y sobrepasándolos con esfuerzo. Llega a donde quiere (que en la gran mayoría de las ocasiones es a algo donde agarrarse) y se pone de rodillas agarrándose al mueble/elemento en cuestión. Y de ahí, su máxima ilusión es ponerse de pie, y pese a que le cuesta un poco, casi siempre lo consigue, con lo que tengo que estar muuuuy pendiente porque en segundos se pone de pie y en milésimas de segundo, si se despista, se cae de espaldas o de cabeza y se da un buen cosco. De rodillas se queda él solito si quiere (mientras manipula algo en las manos) y de pie, intenta quedarse, pero si no se agarra a algo, se cae en segundos. Su máxima ilusión, una vez que se ha puesto de pie, es andar. Cogido de las manos o agarrado a los muebles, anda sin problemas, pero claro, cuando se suelta, al suelo!! Pero lo sigue intentando, mi renacuajo es un kamikaze!!!
  • OTROS: En el lenguaje, últimamente vamos para atrás, balbucea menos y dice babá menos veces. Otra cosa que últimamente está desarrollando es mamitis! No me gusta nada, pero hay ratos que mi niño no quiere otra cosa que su mamá, me busca, llora si me voy, me persigue por la casa, jeje. Normalmente se queda muy feliz con cualquiera, pero empieza a haber ratitos en que es solo su mami la que le vale. 

Mi renacuajo pesa ya casi 9 kilos y mide unos 70,5 cm, es decir, sigue siendo pequeño pero va cogiendo ritmillo. De pelo, seguimos con pelazo (no sé ya ni cómo pelarlo, creo que voy a llevarlo a ver si lo pelan, porque tiene el pelo ingobernable!), aunque sigue con su calvita en la parte de atrás y de dientes........tatatachán!!! Ayer mismo le salió el primero!!! Oleeee! Ya era hora! Más vale tarde que nunca! Y no, no es un incisivo de abajo, como sería normal, sino uno de arriba! Si es que este hijo mío hace las cosas a su manera! Me va a salir un independiente de libro!
Y bueno, esas son, a grandes rasgos, las características del desarrollo de mi renacuajo a sus 9 meses. Temblando de que se eche a andar pronto, porque tiene que ser una etapa muy dura, pero disfrutando de cada avance y cada descubrimiento que hace. ¡9 meses de plenitud absoluta!

domingo, 30 de noviembre de 2014

Bronquiolitis

Pues sí, ya hemos pasado por esa parada, parece que obligatoria para todo bebé que se precie, el pobre renacuajo tiene bronquilitis :(
Todo empezó como un catarro sin más (el tercero en lo que va de otoño y de vida suya). Después de una noche horrorosa en la que no dormimos nada ninguno de los tres y en la que se levantó con fiebre, decidimos llevarlo a la pediatra, que después de auscultarlo lo confirmó: bronquiolitis, pitos en el pecho y muuuuchos mocos y le mandó paracetamol/ibuprofeno, antibiótico y el adorado Ventolín.
Al volver del médico, el pobre estaba fatal, se te partía el alma nada más de verlo así, penoso, blandito, super llorón, mimoso, con muy mala cara... Solo quería estar en brazos (y solo conmigo, a su papi ni verlo) y ni siquiera en brazos se calmaba del todo. Se acurrucaba hacia mí y se quedaba ahí pegadito a mamá como diciéndome: mamá, me duele, no puedo respirar, haz algo! Y es tan duro saber que tu hijo necesita ayuda y tú poco puedes hacer! Gracias a dios, la ciencia y la naturaleza de los niños hizo su efecto y en cuanto le fueron haciendo efecto las distintas medicinas, fue poco a poco mejorando y empezó a querer jugar un poco de nuevo y a reírse. Es raro ver a mi renacuajo tan paradito, con lo activo que es él, nunca quiere demasiados mimos ni tiene mamitis, pero esas horas fue todo lo contrario, lo que hace estar malito!
Las primeras veces, las medicinas costaron un poco, no quería abrir la boca, cuando se las conseguíamos dar, vomitaba...hasta que probamos los supositorios de paracetamol...mano de santo! A él no le molestó nada que se lo pusiera y empezó a hacerle efecto y genial, y claro, al estar mejor, toleró mucho mejor que le diéramos el resto de medicinas. Con la tos aún seguimos lidiando y lo peor es que, entre que no tiene demasiada hambre por estar malo y que cuando le da un ataque de tos después de comer, lo vomita todo, lleva unos días en los que casi no come. Además, tampoco quiere pecho, porque al intentar mamar, se ahoga, así que las noches están siendo infernales, porque si antes se despertaba mil veces pero se calmaba al pecho, ahora ni con esas! :( Parece que estas últimas noches la cosa está mejorando algo porque está volviendo a querer pecho, pero no lo coge con tantas ganas....no sé, habrá que esperar.
El martes tenemos que volver a la pediatra, a ver cómo lo ve, pero está bastante mejor, se le nota, a ver si se le termina de quitar del todo al pobre, que no me gusta nada verlo malito (y lo que me queda cuando empiece la guardería!!!!)


jueves, 20 de noviembre de 2014

Planificación familiar para infértiles

Siempre que me hace algún conocido la eterna pregunta: ¿y el segundo para cuándo?, la verdad es que no sé cómo contestar.
Hace un par de años, ni siquiera sabía si podría ser madre alguna vez y ahora me pregunto si quiero tener más de uno y cuándo. Parece mentira. Pero tengo 34 años y la verdad es que tampoco tengo toda la vida por delante como para pensármelo. El problema radica en que las mamás que hemos tenido a nuestros hijos después de pasar por infertilidad, tratamientos o abortos tenemos una capacidad de decisión bastante mermada en cuando a planificación familiar se refiere. A los más conocidos siempre les respondo lo mismo: ¿planificación? Si no he podido planificar cuándo ni cómo tener el primero, cómo voy a planificar el/los siguientes? Pero el caso es que me gustaría, claro, como a cualquier pareja no infértil que decide cómo y cuando tienen hijos. Pero nuestro caso no es igual. Y yo ahora mismo me encuentro en esa diatriba.
¿Quiero tener más hijos? Indudablemente sí, y esto lo digo con un sueño que me caigo y unas ojeras de campeonato, con trabajo hasta las orejas y plancha acumulada de dos semanas! Puede que esté un poco loca o sea una inconsciente, pero me encantaría volver a repetir la experiencia de oír su latido cuando aún ni tiene forma apenas, de sentir como mi cuerpo cambia y de notar sus movimientos dentro, de pasar por el animal trance de dar a luz con dolor e ilusión a un hijo, de ver a mi hijo jugando con su hermano/a. ¿Que cuántos más me gustaría tener? Pues mínimo otro más, pero si por mí fuera, creo que me animaría al tercero. Y ese es el problema, que en nuestro caso, no es por nosotras, no decidimos ni cuándo ni cuántos hijos tenemos.
Ante esta cuestión, me planteo: ¿si no puedo planificarlo, cómo me organizo? Por una parte pienso en que lo más lógico sería no tomar precauciones desde ya, si me ha costado tanto el primero, si sé que no ovulo ni a la de tres, si mi última regla fue allá por mayo del año pasado.... Ya, pero, ¿y si por una carambola del destino me quedo embarazada inmediatamente? Mis hijos se llevarían 18 meses, y no sé si estoy preparada para tener dos hijos tan pequeños ni si me apetece. Pero claro, por otro lado, me veo con 34 años, infértil y con ganas de más. ¿Y si por intentar planificar se me echa el tiempo encima y no puedo? Claro, es que no es lo mismo tardar 2 años con 31 que con 35... Además, vista la regularidad de mi regla, no tengo muy claro que siguiendo con lactancia materna, tenga ninguna intención de volver a aparecer en un futuro próximo. El otro día estuve en la matrona a hacerme una citología de control después del parto y me dijo que ella, si fuera yo, no lo evitaría, vista mi edad y mis antecedentes. Suena un poco duro, pero el caso es que tiene toda la razón. Por otro lado, no evitarlo, como todas sabéis, es un poco buscarlo, y definitivamente no estoy lista para pasar por eso de nuevo, para la incertidumbre, para analizar síntomas, para un test de embarazo....nada más pensarlo, me pongo mala! :(
También me planteo hasta dónde sería capaz de llegar para tener un segundo hijo. Con el primero lo tenía bastante claro, quería ser madre casi a toda costa, empezamos tratamiento por la pública y habríamos ido a la privada a IA, FIV e ISCI (la ovodonación y donación de embriones no los la llegamos a plantear seriamente), pero claro, ahora ya no somos aptos para la pública, porque para ellos, no somos infértiles, por haber tenido embarazo viable. ¿Nos merece la pena gastarnos un dineral, sentirnos un poco conejillos de indias o ratas de laboratorio para buscar un hermano? Y para eso, cuándo tendríamos que empezar? Porque si empiezo con 35 o 36 me puedo plantar con 38 en la clínica, ¿no será ya un poco tarde?
Bueno, ¿vosotras qué pensáis? ¿Tenéis alguna planificación familiar prevista? ¿Hasta dónde llegaríais por un segundo o tercer hijo? Espero vuestras respuestas!!!


lunes, 10 de noviembre de 2014

8 meses

Mi renacuajo ha cumplido ya los 8 meses, parece mentira! En estos 8 meses de maternidad, ha habido un poco de todo, risas, llantos, alegrías y desesperación.
Desde que nació hasta los 4 meses, la maternidad me resultó medianamente fácil y mi niño se portaba muy bien. La lactancia fue genial desde el primer momento y aunque nunca ha sido un lirón, los primeros 4 meses no fueron especialmente malos en el tema sueño. Cólicos tuvo, pero días aislados, algún día lloraba un poco más, sobre todo por las tardes, pero bueno, algo bastante soportable.
De los 4 a los 7 o así, la cosa se complicó. Mi hijo empezó a dormir cada vez menos de día, lo que supongo que es normal, pero agota, y volver a trabajar es un suplicio así, y de noche empezaron los desvelos y no mejoraron nada los despertares. Cuando un bebé tiene 3 meses, que se despierte cada dos horas a comer te parece normal, pero cuando va pasando el tiempo y no mejora, se empieza a hacer muy pesado. También tuvo una época de bastante mal humor, yo lo achacaba a los dientes, porque lo mismo estaba simpático y bien que se ponía insoportable y de muy mal humor, pero los susodichos dientes no hacían su aparición.
Y de los 7 a los 8 meses, parece que estamos viviendo una luna de miel. No es que todo sea de color de rosa, pero cuando miro a mi niño, lo primero que veo es un niño tremendamente feliz, no para de sonreír, de jugar, empieza a darnos mimitos...estamos en una nube, la verdad!! Así que pese a las cosas malas, empieza a compensar todo por ver que tenemos un hijo sano y muy feliz.
Y ahora que ha cumplido los 8 meses, os cuento qué hace y qué no mi renacuajo:

  • COMIDA: Sigue con lactancia materna, sobre todo de noche, pero ya come otras muchas cosas, incluyendo leche de fórmula (sí, no me echéis a los leones, cuando decidí sucumbir a la leche artificial y desterrar de mi vida ese instrumento de tortura moderno llamado saca-leches, mi nivel de vida subió vertiginosamente!) Desayuna biberón con cereales, almuerza verduras o carne y a veces medio yogur o pecho, merienda fruta y pecho y cena cereales (y si quiere, pecho). Luego, las veces que se despierta por la noche, también lo enchufo y si de día lo veo penosillo o más hambriento, se lo ofrezco también.
  • SUEÑO: la cosa no ha mejorado demasiado, aunque tampoco ha empeorado, lo cual ya es positivo. De día duerme poco, como mucho, un par de siestas de una media hora. De noche, se han reducido los desvelos, menos mal, pero los despertares siguen más o menos igual. Una noche tipo medianamente buena sería biberón de cereales a las 9 y pecho a la 1, a las 3,30 y a las 5 (colechando desde una de las tomas intermedias). 
  • ACTIVIDAD FÍSICA: mi renacuajo no para, físicamente es super activo, no para de moverse, de jugar, de dar vueltas. Se gira perfectamente para los dos lados cuando está tumbado y repta sin problemas hasta donde quiere ir, pero no gatea, aunque se desplaza sin ningún problema, por lo que tenemos que tener ya cien ojos para que no termine metiendo los dedos en el enchufe o comiéndose un cable. Se queda sentado sin problemas un montón de rato y de pie sujeto a algo (el sofá, un taburete, un mueble) unos momentillos. En la piscina, es un pescadito, se mueve mucho y le encanta, ni siquiera le molestan las inmersiones!
  • OTROS: pues pese a que lleva desde los 4 meses con las encías inflamadas y metiéndose todo en la boca como un desesperado, ¡no hay ni atisbo de dientes! ¡Ni uno! Eso sí, no le hacen falta, porque se come los trozos de pan, gusanitos, espárragos y todo lo que pille sin ningún problema! En cuanto a balbuceos, por fin ha añadido una consonante a su repertorio de vocales encabezadas por la "a", ya dice "baba"!!! y su padre babeando de la emoción!! jejeje
En definitiva, una etapa muy buena, en la que estamos agotadísimos pero felices de verlo feliz a él, de ver cómo crece, cómo juega, como quiere comer cuando nosotros comemos... Para mí, de las mejores etapas desde que nació.
Y vuestros niños, ¿cómo van? Siguen un patrón similar o son totalmente distintos?

lunes, 3 de noviembre de 2014

La parte buena de la infertilidad

Cuando se está en el túnel de la infertilidad, en medio de su oscuridad, de sus baches, de su cuesta arriba, resulta difícil pensar en que esta lotería que nos ha tocado a muchos y muchas tiene algo de positivo. Sin embargo, ahora que soy madre me doy cuenta de que como todo en la vida, mi infertilidad también me ha aportado cosas buenas. 
Esto vino a mi mente el otro día en el supermercado, al pasar por la sección de bebés. Creo que no hay nadie en el mundo a la que le haga tanta ilusión pasar por ese pasillo. He pasado tantas veces antes y he mirado los productos con deseo, con la duda de saber si alguna vez me podría parar a buscar un biberón o un chupete, a comparar precios de cereales... Si no hubiera sido infértil, pasaría por ese pasillo como por el del papel higiénico, por necesidad pura y dura, pero ahora paso hasta cuando no me hace falta nada, simplemente por el placer de mirar y saber que yo uso esas cosas, que mi familia usa esas cosas. Es una felicidad enorme! 

Otra cosa buena que me ha aportado esta infertilidad es un conocimiento intenso y pormenorizado de la reproducción humana, de las técnicas de reproducción asistida, de la anatomía femenina.... Mi cultura general ha aumentado, y eso siempre es de agradecer!! Sé cosas que nunca habría aprendido y eso me ha hecho conocerme a mí misma mejor también y poder entender y apoyar mejor a los que pasan ahora por lo mismo.
Por último, la infertilidad me ha hecho "conocer" a gente que nunca habría conocido en otras circunstancias y que me ha hecho mucho más agradable el túnel, gente del mundo 2.0 a la que no conozco, pero con las que he compartido mis mayores penas y mis mayores alegrías. Gente por la que he llorado a lágrima viva leyendo sus positivos y por la que me he preocupado como si fueran de mi propia familia cuando han pasado por muchos de los baches del camino. Desde aquí, tengo que daros las gracias, a todas las que os desnudáis de alma para afuera contando vuestros caminos hacia la maternidad, gracias por ayudar a otras que están como vosotras, por ser luz y guía, paño de lágrimas y hombro donde apoyarse. No puedo olvidarme aquí de Xiana ni de Belly, mis dos compañeras de espera, de incertidumbre y de embarazo, nuestros cuatro niños deberían conocerse un día! Gracias por estar ahí! También quiero mencionar a otras muchas que puede que ni sepan que las sigo, pero que son parte de lo que he obtenido de mi infertilidad (Valeska, Chloe, Algundiacabremos, Anuke, SerEducadora, ArielPop y muchas más).
Eso no quiere decir que si pudiera escoger, elegiría ser infértil de nuevo, ni que haya sido una época maravillosa y que todos los que estáis ahora mismo dentro del túnel tengáis que banalizar la situación; para nada es mi intención. Pero sí quiero daros ánimo y deciros que lo que no te mata, te hace más fuerte, y que vais a salir un día de este túnel muy fuertes y muy felices y la mayoría porque lo vais a conseguir (y no es por peloteo, sino por estadística). 
Y vosotras, mamás infértiles ¿encontráis algo de positivo en la infertilidad? Y las que aún no sois madres, ¿creéis que podréis algún día mirar atrás y ver algo que no sea únicamente dolor? Espero vuestros comentarios!

lunes, 27 de octubre de 2014

Hijo nuevo, vida nueva

Bueno, pues os presentaré a mi hijo. Mi renacuajo nació a principios de marzo de 2014, es decir, tiene unos 7 meses y medio. Los primeros cuatro meses fue un muñeco, luego a partir de los cuatro es bueno, pero da más trabajo. Mi hijo no se parece en nada a mí físicamente, pero de carácter es cabezoncete, tiene mucho genio y es un comilón, igual que yo!
Pero bueno, a lo que voy, ¿Qué significa o ha significado para mí tener un hijo? Pues en primer lugar, os diré que un hijo necesita mucha atención. Sí, ya sé que vais a decir que no os estoy descubriendo las Américas, pero es que por mucho que uno lo sepa y se imagine, la realidad supera a la ficción. Son pequeños bichitos indefensos que te ponen carita de cachorrito apenado para que no los tires por la ventana después de una noche de perros. Y si no fuera por esas sonrisas, casi que te lo planteabas!
Recuerdo que nuestra primera noche en el hospital no dormimos ninguno de los tres, el pobre lloraba, estaría muerto de miedo, frío y hambre, y cuando por fin se durmió, estos dos primerizos se acercaban a ver si seguía respirando!! Y claro, lo despertábamos y vuelta a empezar!
Luego está el tema de la alimentación, que si lactancia materna, con todas sus complicaciones, biberón, alimentación complementaria...todo un mundo, sobre todo los primeros días/semanas/meses. Yo creo que mi lactancia funcionó por cabezona, porque me empeñé en que tenía que funcionar, en que las mujeres estamos programadas para eso, y hasta hoy! Supongo que un extra de suerte también nos ha venido bien, para qué negarlo!
A todo esto, hay que añadir que vuelves a casa del hospital dolorida, que no puedes ni sentarte sin tardar más de 3 minutos en encontrar una postura apta y que tu tripa no desaparece por arte de magia, sino que se ha convertido en un acordeón de piel con una forma muyyy rara. Y una cosa que nadie me dijo y que agradecería haber sabido: el riesgo de estrías no está solo durante el embarazo, sino durante la subida de la leche. Yo fui controlándolas genial durante el embarazo, pero claro, no estaba preparada para que en unas pocas horas, mi voluminosa delantera doblara su tamaño.
A mí también me costó asumir que había días que mi niño no paraba de llorar por los cólicos, y repito que fue un bebé muy bueno, pero los cólicos son insoportables y más para una mujer con millones de hormonas en modo "olla exprés"! Paciencia, cariño y apoyo familiar.
Mi niño me roba la energía, como todos los niños a todas las madres, supongo, y me parece precioso y simpatiquísimo...es decir, para el común de los mortales, mi hijo es un bebé más, como el del resto de gente, pero a mí me ha cambiado la vida. Y con esto, voy a la segunda parte del título de mi blog, vida nueva.


Cuando estaba embarazada, e incluso antes de eso, la gente me decía: prepárate, que te va a cambiar la vida, y yo, que soy bastante rebelde y pongo todo en cuarentena, pensaba: será para tanto? Tendrán razón en todo lo que dicen? Pues sí y no. A mí me ha cambiado la vida, pero no exactamente en lo que me decía la gente. Siempre me he negado a ser únicamente madre y oye, que respeto mucho a la que quiera serlo, pero yo no puedo, me asfixio, necesito ser mujer, profesional, amante, cocinera y mil cosas más. Es más, creo que así soy mejor madre, porque siendo más feliz se es mejor todo, indudablemente. Yo sigo encontrando tiempo para darme un baño de espuma y echarme potingues de vez en cuando (con la inestimable ayuda de Mr. Sapo (papá del renacuajo)) y salimos de cervecitas por ahí y también viajamos (aunque menos que antes). Es decir, en ciertas cosas, ser madre te cambia la vida que tú tenías, pero no la convierte en otra totalmente distinta, si te gusta leer, puede que no leas tanto, pero vas a encontrar un hueco, es cuestión de prioridades. Por otro lado, en lo que sí me ha cambiado irremediablemente la vida es en que le he encontrado un sentido. Sí, el típico ¿a dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos vivos? Yo ahora lo sé, no me puedo morir a gusto hasta que no deje a mi niño un poquito establecido en el mundo, hasta que no le dé una niñez feliz y lo cubra de valores. Parece un topicazo y puede que lo sea, pero es lo que siento.
En resumen, mi nuevo hijo me ha traído debajo del brazo una vida nueva, parecida en mil cosas a la anterior y con otras muchas nuevas, y no todas buenas pero tampoco todas malas. Pese a no dormir, poder salir menos, olvidarme de lo que es el cine casi hasta que llegue a la universidad, soy indudablemente más feliz que hace 8 meses!

sábado, 25 de octubre de 2014

Empezando

En primer lugar, me presento. Me llamo Luli. Desde siempre, he sabido que tenía ovarios poliquísticos y graves problemas de ovulación. Pese a ello, tras llevar más de un año buscando embarazo, decidimos recurrir a las técnicas de fertilidad para convertirnos en padres y cuando nos hicieron todas las pruebas, acudimos a la consulta de infertilidad para empezar con nuestra primera IA. En esa consulta, y después de indicarnos cómo iba todo, le comenté a la doctora que no me venía la regla desde hacía casi 4 meses (algo muy normal en mí) y ella me sugirió hacerme una ecografía para ver el estado de mi endometrio y provocarme con medicación la regla para poder empezar el ciclo. Para la sorpresa de todos, según se vio en la ecografía, no tenía un retraso de la regla, sino un renacuajo de casi 15 semanas creciendo en mi interior! El sorpresón fue descomunal y el embarazo transcurrió genial. El 4 de marzo de 2014 di a luz, mediante un parto fantástico y rapidísimo, a mi renacuajo, y ahí, con mi hijo nuevo, empezó mi nueva vida, que intentaré ir contando poco a poco en este blog, por si a alguien le interesa y por si mi renacuajo lo encuentra interesante en unos años.